• PEQUEÑO DICCIONARIO DE SIMBOLISMO CORPORAL

    Los cabellos: Mi fuerza.
    El cuero cabelludo: Mi fe y mi lado divino
    La cabeza: Mi individualidad
    Los ojos: Mi capacidad de ver
    Las orejas ( oídos) Mi capacidad de oír
    La nariz: Mi capacidad de oler o sentir a las personas o situaciones.
    Los labios: Mi labio superior está relacionado con el lado femenino y el labio inferior con el lado masculino .


    Los dientes: Mis decisiones, vinculadas al lado femenino arriba, vinculadas al lado masculino, abajo.
    El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para ver varios lados de las situaciones de la vida.
    La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal y no – verbal, mi creatividad.
    Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga, responsabilidades.
    Los brazos: Mi capacidad para tomar a las personas o las situaciones de la vida. Son la prolongación del corazón. Sirven para ejecutar las ordenes. Están vinculados a lo que hago en mi vida, por ejemplo mi trabajo.
    Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de direcciones en mi vida.
    Los dedos: Los pequeños detalles de lo cotidiano.
    El pulgar: vinculado a las inquietudes o a mi intelecto o a mi audición.
    El índice: Vinculado a miedos o a mi personalidad (ego) o a mi olfato.
    El mayor: Vinculado a la ira o mi sexualidad o a mi visión.
    El anular: Vinculado a pena o a mi unión o a mi tacto
    El auricular: Vinculado a pretensión o mi familia o al gusto.
    El corazón: Mi amor.
    La sangre: La alegría que circula en mi vida.
    Los pechos: Mi lado materno
    Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía, Vinculados a mi sentimiento de vivir.
    El estómago: Mi capacidad para digerir nuevas ideas.
    La espalda: Mi soporte, mi apoyo.
    Las articulaciones: Mi flexibilidad, mi capacidad para doblarme a las diferentes situaciones de mi vida.
    La piel: Mi vínculo entre mi interior y mi exterior (equilibrio).
    Los huesos: La estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.
    El útero: Mi hogar.
    Los intestinos: (sobre todo el grueso, el colón): mi capacidad para soltar, dejar fluir lo que me es inútil y dejar fluir los acontecimientos de mi vida.
    Los riñones: La sede del miedo.
    El páncreas: La alegría que está en mí.
    El hígado: La sede de la crítica.
    Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas experiencias.
    Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, mi testarudez.
    Los tobillos: Mi flexibilidad en las nuevas direcciones del futuro.
    Los pies: Mi dirección (quedarse en el mismo sitio). Mi comprensión de mí – mismo y de la vida (pasado, presente, futuro).
    Los dedos de los pies: Los detalles de mi porvenir.

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